Niños que tienen que trabajar como esclavos, mujeres muy embarazadas que sólo pueden soñar con recibir atención médica y leprosos rechazados por sus familias. Cuando la enfermera pediátrica alemana Bettina Landgrafe llegó por primera vez a Ghana, el destino de sus gentes nunca la abandonó. Decidió volver a África y ayudar. Desde entonces, Ghana se ha convertido en el segundo hogar de Bettina Landgrafe, y ella en Nana Blanca, la reina de los Ashanti.